La Liga Palentina es una de las ligas federadas de la Asociación Liga Española de la Educación y la Cultura Popular (LEECP).
La LEECP es una ONG de carácter no lucrativo, que tiene como fines principales el apoyo a la educación para todos, basada en una escuela pública de calidad, laica, solidaria y de ciudadanía.
La Liga Palentina se creó en junio de 2008 por un grupo de personas relacionadas con la educación y empeñadas en transmitir a la sociedad palentina la necesidad de apoyar la escuela pública, como instrumento fundamental para la creación de una sociedad plural y solidaria, que integre sin exclusiones a todas las personas por igual dentro de un espíritu de laicidad y solidaridad.

jueves, 16 de febrero de 2012

PERO, SI LOS ELEFANTES SON GRISES

Elefantes... grises
Realmente me he quedado perplejo al escuchar al nuevo ministro de educación José Ignacio Wert sus intenciones de modificar de nuevo nuestro sistema educativo, eso sí, ha apostado como ya hiciera su antecesor Ángel Gabilondo por alcanzar un gran acuerdo para reformar la Educación y resolver los problemas del sistema. Un gran pacto que debiera incluir un diagnóstico claro de cuales son las deficiencias del sistema educativo. Primero anuncia la reforma y posteriormente habla de pacto, es como si el cirujano después de operar decidiera convocar al equipo médico para consensuar cuestiones básicas sobre la intervención quirúrgica. ¡Qué paradoja! Estos señores políticos no estudiaron en su día Educación para la Ciudadanía y por eso desconocen un vocabulario básico de participación, coherencia, cooperación y consenso.

La propuesta por Wert sería la 13ª reforma del sistema educativo español. Desde 1980 se han aplicado en España 12 leyes orgánicas sobre educación, incluida la LGE de 1970 que reguló todo el sistema educativo y se aplicó hasta comienzos de los 80. Siete han legislado la enseñanza obligatoria y cinco de ellas se hicieron para reformarla. ¡Esto es demasiado para cualquier país democrático que pretenda ser eficaz!

Estoy cansado de los partidos políticos que gobiernan y de sus reformas y contrarreformas educativas. Estoy saturado de sus peleas y sus disquisiciones ante una cuestión que exige políticos de gran altura. Llevo mucho tiempo diciendo que esta España tiene una asignatura pendiente y que su solución debe ser anterior a la de cualquier reforma que se plantee; tiene que ver con el establecimiento diáfano de qué tipo de personas queremos construir para el futuro de este país. Si no tenemos claro cómo queremos que sean los ciudadanos, si no hacemos una apuesta firme por un consenso en esta cuestión las reformas y contrarreformas nos harán perder un tiempo precioso. Desde la transición política no se ha vuelto a recuperar ese espíritu que se hace imprescindible para consensuar unos valores mínimos que debemos tratar de conseguir a través de nuestro sistema educativo en todos nuestros escolares y por ende en todos los ciudadanos.
Las peleas entre los partidarios del perverso sistema de excelencia que nos transmite con muy mala intención que hay alumnos excelentes y otros que no lo son, y en el que los alumnos más necesitados quedarían arrinconados en guetos marginales, y los partidarios del modelo comprensivo que aún no ha dado con la clave y el método para reducir ese fatídico fracaso escolar tan abrumador, nos debatimos esperando a que el gobierno entrante de turno haga la reforma tan ansiada. La educación se convierte en un espectáculo dantesco.

Disputas, disquisiciones, sin hacer una reflexión serena y profunda de los males de nuestro sistema educativo. Está ocurriendo como en aquella historia en la que todos los elefantes del mundo eran blancos o negros. Amaban a los demás animales, pero se odiaban entre sí, por lo que ambos grupos se mantenían separados: los blancos vivían en un lado de la jungla y los negros en la opuesta. Si los elefantes blancos decían una cosa, los negros la contraria. Un día los elefantes negros decidieron matar a los elefantes blancos y los elefantes blancos a los negros. Pero había un conjunto de elefantes de ambos grupos que querían la paz y se internaron en lo más profundo de la selva. Durante algún tiempo no se supo de ellos. Comenzó la batalla y duró muchos años, muchos, hasta que no quedó ningún elefante vivo. ¡No se veía a ningún elefante en la jungla! Pero un día los elefantes pacíficos que se habían escondido en lo profundo de la selva salieron, pero ya no eran ni blancos ni negros, eran grises. -¡Papá los elefantes son grises! exclamaban los niños desde lo más profundo de su conocimiento. Desde entonces los elefantes viven en paz y tratan de ponerse de acuerdo en lo que les parece importante y fundamental para sus vidas. Lo blanco y lo negro ha dejado de ser un estigma en sus vidas.

Queridos políticos, técnicos, comité de expertos y asesores: ¿por qué no se ocultan un periodo de tiempo en la jungla y se ponen de acuerdo en qué es importante en educación, qué conviene mantener y qué es lo que debe cambiar? Hay espacios en la jungla que ustedes debieran visitar. Eso sí, no salgan hasta que no hayan conseguido una aquiescencia que no entienda de legislaturas, de siglas y cambios de poder.

Ramiro Curieses.
Presidente de la Liga Palentina de la Educación

Publicado en CARRIÓN el 16.02.2012

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